La convocatoria a la lucha por los derechos arrebatados, el respaldo a la llamada a la movilización formulada por el consejo andaluz y las condiciones objetivas para reivindicar una Andalucía más libre, más democrática, con más empleo y menos desigualdad, han dado como consecuencia que este 28 de febrero haya tenido una respuesta espectacular por las calles de Sevilla.
Andaluzas y andaluces de todos los rincones, de todos los sectores, comprometidos con esta tierra, llegaron a Sevilla para expresar –como dijo Maíllo- una demanda de transformación que solo puede llevar a cabo la Fuerza de la Izquierda con la fuerza de la movilización.
La respuesta se ha concretado en las miles de personas que demuestran que la autonomía andaluza fue conquistada en una lucha entre la izquierda y la derecha, de la mayoría social frente a banqueros y oligarcas.
Izquierda Unida recibe, a las puertas de la campaña electoral de las andaluzas un importante apoyo para ser determinante el 22-M.
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